Señor Rogelio Símuta. Ex-Prioste del Santísimo Sacramento del Altar.
Cuenta la leyenda, según memorias del Señor Rogelio Símuta, que en el tiempo en que el Dios Rayo tenía aquí su casa, aquí se estaba en la Tierra, más así como había pedimento porque no ha llovido; decía pues que la gente se respetaba de "Tata", "Nana".
-Tata Epitacio, será que irá a llové-
-No te preocupés, ya va a llover-
No sufría, lo desviaba la nubes por medio de su poder, pues fue creado por Dios, lo movía la nube; si la nube estaba pa allá, la movía para que lloviera. El existía aquí en la Tierra, quizás porque la gente le agradaba; dicen que cuando empezaba a sudar, como era calvito pue, era seguro que iba a llover, pero ese día se iba, ya no venía, se iba desde que empezaba el agua, se iba en el mes de abril-mayo, aunque así fuera se levantaba y se iba y nunca sabíamos donde andaba, en la tarde ya estaba que iba a llover.
Pero hay un sobrino que dice pues que venía, cuando oyó un trancazo, quedó trabado en el palo, en una raíz; es que los palos secos son lo que atraen el rayo, pero bueno, dicen que trabado en el palo quedó, en una astilla del palo. Al ver pasar al sobrino con su carreta Tata Epitacio gritó:
-Sobrino-
-¿Qué pasó tío?
-Pásame mi arma hijo-
Lo va mirando la culebra que tenía ahí.
-No te va hacer nada, pásamelo; agárralo con un palo y me lo levantas-
Era rayo pues, todo lo que maneja él era rayo.
-Pásame mi espada-
Y era una culebra. Lo pasó dicen, con una rama y le dijo Tata Epitacio:
-Vete y no me voltees a ver porque te vas a espantar-
Dicen que ya rumbo a la casa blanca, antes de llegar a la policlinica. Se levantó la serpiente y subió arriba el hombre. Yo creo que la serpiente pasa, pasa muy bajito y hay tempestad y cuando pasa alto, no hace nada; anteriormente iba a los cerros, caía en los cerros, hacía callejón, yo lo creo, que el animal lo anda pue el hombre. A veces cuando se viene la inundación, que viene la gran tempestad, hay se ve el hombre que va pasando, apenitas se divisa, pero no lo vas a ver porque lo querés ver o juzgar, es de repente que lo vas a ver. Una vez venía una gran tempestad pero que aflige, me trinqué de sahumá y empecé a rezar; mi papá dijo:
- Tata Epitacio, ¿Ta usted bravo Tata Epitacio?-
Porque lo mira que viene el relampago.
- Ta usted bravo tio, calmese uste-
Va pasando, va pasando y pasa. Y dicen pues que sí; ya pal año, le dice el sobrino:
-¿Qué le pasó pue tio?-
-Mira- dice -Ya han pasado las semanas, yo te pasé la prueba a tí, yo no me pasó nada, pa tí te dí a pasar la prueba, pa que vieras que si tenía poder.
Ahora, en Nambarití, hay un lugar que le dicen la madre de la mazorca, porque vibria la piedra, aunque yo nunca la he visto, dicen que allí se sentaba su culebraa asolearse, su culebra que le mandó Dios, para que con esa culebra trabajara en el tiempo de la lluvia, dicen que por descuidado, por desobediente, se le fue su culebra, lo recogieron los brujos del Mactumamatzá y allá está la culebra, hay mucha gente que no lo cree y allá es guiada la culebra, mira Tuxtla y verás.
Memorias: Sábado 20 de agosto de 2011. Cassette 1. Parte B.
Derechos Reservados. José Alonso Ambrocio Ríos.
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Gracias por tu comentario. Quizas mejores días vengan para la cultura de nuestras etnias, pero siempre estaré ahí; siempre que suene el tambor y que la marimba toque los sones de este paraíso... Siempre llevaré a Chiapas en el corazón.