Día de los fieles Difuntos.
Para los zoques, al igual que las demás étnias de México, la dualidad que existe enmarcada entre la vida y la muerte no es un ente netamente aislado; en tanto el mestizo ha adquirido el conocimiento de que la vida es alegría y la muerte tristeza, tristeza que por lo menos cuatro días se convierte en celebración y tiempo de reflexión.
Hablar de las personas que ya se fueron, es a veces sentimiento de nostalgia y tristeza; el hecho de recordar lo que un día fueron y lo que hicieron por nosotros, la convivencia que a lo largo de la vida recordamos, se guardan como joyas que representan reliquias inmortales que se llevan siempre en el corazón.
En Tuxtla, tanto en la actualidad como en la antigüedad, se tiene la creencia de que las almas de nuestros fieles difuntos regresan los días primero y segundo de noviembre (tales fechas fueron designadas por José Guadalupe Posada, con base al calendario agrícola prehispánico). La llegada de las almas chicas como muchos llamamos, se realiza el día primero de noviembre a las 12 del día y las almas grandes llegan al siguiente día en la misma hora.
Altar de la familia Mendoza Aguilar.
Pero...¿Porqué regresan las almas a sus casa? Pues bien, el alma se designa a un estado inmortal que puede ver, sentir, pero no hablar ni es visible, muchas veces sentimos la presencia de seres superiores a nosotros, pero son concepciones algunas veces de nuestra mente y otras de la espiritualidad absurda como muchas la llaman, pero ciertamente la llegada de las almas o su retorno a la casa donde vivieron y convivieron mucho tiempo se debe a su alimentación y recibimiento como entes que no se han olvidado; por eso se ocupa el llama altar de muerto; según Don Sergio de la Cruz, un altar "No es un recetario estricto, en el que se enmarquen las cosas que llevan y ya", señala esto debido a que el altar se ha esteriotipado a una serie incanzable de ofrendas que tienden mas a la mercadotecnía que al hecho mismo de la cultura y tradición familiar de colocar y recordar al alma.
Altar de la familia Ambrocio Ríos
Los altares zoques, no poseen niveles, la tradición y valor tradicional, radica en que solo se ajustaba el altar donde están todos los santos y se arreglaba a manera que todas las ofrendas ocuparan un espacio en la mesa. El altar no lleva papel picado (está costumbre es traída del medio oriente) o calado como es llamado actualmente.
Es así que, según memorias de Tio Toñito (Antonio Escobar, maestro ramilletero de la mayordomía de los Zoques de Tuxtla) menciona que anteriormente, en el altar se ponía dulce de calabaza, camote, pozol, atol agrio, dulce, trago, una cajetilla de cigarro (esto si el alma fumaba puros), frutas como caña o de temporada; así también, se adorna con coronas de Punu-punú o flor de lechita (Euphorbia leucochepala), así como flores de temporada (Xempasuchitl (Tagetes erecta) también llamada Musá o Nulibé, flor comercializada por los Juchitecos, desde hace ya varios años). Es importante señalar que las coronas conmemoran el aniversario, como recuerdo del día de cumpleaños o día de su corona del alma, con el fin de hacerles saber que algún día estuvieron en vida y también se coronaban.
Altar de la familia Velázquez.
Como parte del conocimiento tradicional, Don Sergio de la Cruz comenta que anteriormente, toda la familia se reunía en una casa, donde los hombres desde temprano ívan al cerro a cortar flor de lechita, la cual cargaban en su hombro o espalda y llevaban a sus casas, en tanto las mujeres de la familia hacían los tamales y el pozol; para que una vez llevado y hecho todo lo que se íva a utilizar, toda la familia se disponía a levantar el altar y realizar las coronas de punu-punú y demás. Posteriormente, el día dos de noviembre toda la familia iva al Panteón a limpiar, lavar y decorar la lápida del familiar (anteriormente se acostumbraba llevar comida al panteón para convivir con el alma).
Datos importantes:
*Es indispensable que el día primero de noviembre, antes de las doce de la mañana, deban prenderse las velas y llamar a cada una de las almas por sus nombre para que asistan a la mesa o altar, dandoles luz para que sean guiadas al lugar santo que les espera.
*Según Tio Toñito, las almas que en su casa no se pone altar, cuando estas llegan y no encuentran nada se van llorando, sin embargo entre ellas cabe un acto de humildad y fraternidad, en donde las almas que fueron recibidas con comida y bebida invitan a su mesa a las que no tienen nada que comer; según las creencias, las almas se alimentan del olor de las flores y la comida y no físicamente como muchas personas creemos.
*En el altar primero se ponen las imagenes de los familiares mas antiguos y así sucesivamente.
*El altar se viste con manteles blancos, lo que representa la pureza de la mesa.
*Según Tia Elena (Primera Albacea de la Priostería del Cerrito) señala que cuando alguien del matrimonio fallece, se debe poner en la caja el lazo de boda, con la concepción de que lo que los unía se lo lleva, cumpliendose lo dicho el día de su boda "Hasta que la muerte nos separe".